¿Quieres tener razón o resolver? Las 12 reglas para disolver conflictos

Te sugerimos leer estos puntos con la persona que quieres solucionar el conflicto, para cumplirlos y obtener mutuo beneficio

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  • Utiliza el llamado Lenguaje responsable

Es verdad, no sabemos qué quiere o piensa el otro.

Cada quién sí sabe qué quiere y piensa. Al hablar con otra peresona, necesitamos escucharla con atención para saber qué piensa y quiere. Tal persona debe hacer lo mismo para conocer lo que tú piensas y sientes.

  • Sólo escuchando es posible conocer y descrubrir a los demás. Es importante aprender a no dudar de los argumentos de cada persona o de sus opiniones. Asume su respuesta como verdadera. Por ejemplo:

Hábito estereotipado: Es que tú nunca aceptas lo que te estoy diciendo.
Mejor decir: Creo que no estás de acuerdo conmigo. ¿Es así?
La primera opción cierra el diálgo. La segunda, lo propicia.

  • Evita las generalizaciones

Hacer condenaciones del tipo: tú nunca, yo siempre. Concíbelas mejor como siento que algunas veces tú… o pienso que en ocasiones tú haces las cosas….
Verifica con el otro lo que tu percepción te hace decir de ella o de él; en realidad, no estás seguro o segura porque no eres esa persona.

  • Dialoga y no te quedes con el micrófono

Cuando se busca arreglar un problema, es importante regular nuestro enojo y opiniones sin fin, para lograr una conversación con ritmo, donde uno habla, el otro calla y escucha; y luego es al revés. No enjuicies lo que exponga, ecucha con atención. Di tus argumentos; pero no te impongas. Con imposición se gana …¡cierto! …pero la frustración, la soledad y la tristeza. Escucha con atención las razones  de la otra persona y descubre con ella qué siente y piensa.

  • Sé preciso y evita las generalizaciones o comentarios confusos y contradictorios

Es importante que hablen con claridad. Es común que se generen confusiones por generalizar (yo nuncatú siempre), decir ideas incompletas (dejar frases inconclusas para que el otro suponga y no tenga una visión completa de lo que te pasa), contradictorias (te quiero pero me lastimas), vagas o imprecisas (no sé, no me acuerdo).

  • Evite etiquetar, descalificar e interrumpir

En el curso de la plática, evita etiquetar (eres una histérica, eres un huevón). Descalificar, interrumpir, decir groserías es la mejor manera de lograr cancelar con agresión el diálogo y seguir en lo mismo: peleando. No tiene sentido proseguir con un diálogo que incluye agresiones. Desde antes de comenzar el diálogo, acuerda con la persona que no habrá agresiones; y si las hay, acuerden suspender la plática hasta que se tranquilicen. Este buen acuerdo garantiza la fluidez de la conversación.

  • Aclara lo necesario, sin tonos o gestos exagerados: superioridad o de preocupación extrema

Ridiculizar una escena, palabra o dicho en la conversación es agresivo. Provoca enojo. Como dijimos, evítelo al 100%. Recuerda manternerte estable.

  • Argumenta, sin ofender

Un verdadero intercambio de explicaciones y razones entre dos o más personas, implica el sincero deseo de exponer la propia situación sin victimizarse o victimizar al otro. De otro modo, se prolongan los círculos viciosos. Acepte lo que escucha aunque no le guste, al tiempo que busque dar respuestas que no lastimen. Victimizarnos en la conversación nos aleja del entendimiento; evitar victimizarnos produce mayor congruencia y hallar un camino para encontrar decisiones hacia el mutuo bienestar.

  • Enfatiza lo que te interesa pero no lo repitas una y otra vez.

Antes de discutir, reflexiona cuál es el mensaje que quieres dar, y comunícalo con claridad. Sólo repítelo si no ha quedado claro, sin tonos de superioridad.

  • Escucha con atención y acepta las respuestas que recibes Y responsabilízate de las respuestas que das.

Escucha con atención. Puede ser que no te gusten las acciones del otro, pero son las respuestas de esa persona. Igual buscará aceptarte esa persona. Por eso, es importante ser gentil, y reflexionar antes de hablar. Se trata comprender para despejar la tristeza o el enojo.

  • Toma distancia del problema y no te des tanta importancia

Un buen ejercicio de comprensión, es no tomarse todo tan a pecho. Recuerda que lo que expresa el otro, surge del él o ella; lo que tú expresas, surge de ti. Procura que surga de ti, la mejor persona que eres.

De nuevo: si en el curso de la conversación, sube usted o la otra persona el tono, esperen un momento y continúen cuando estén calmados.
Simplemente noten: “nos estamos poniéndonos agresivos” o “estamos subiendo el tono”, “gruesos”… etcétera. “Vamos a parar un rato”. Y paren.

  • Empatice

Póngase en los zapatos del otro. Escuchar con atención lo que dice el otro e intentar sentir lo que vive él o ella abre las puertas de la mutua comprensión.  Paradójicamente –al hacerlo– nos comprendemos mejor a nosotros mismos y con ello, se amplía nuestra capacidad de diálogo.

 

6 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Renato Lartundo H. dice:

    Si de verdad interesante y puntual en el sentido de reflexionar tonos, intensiones y obviamente actitudes agresivas; ir descubriendo el lenguaje corporal, gracias por ayudar a relacionarnos adecuadamente.

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    1. Cierto! El lenguaje corporal participa de manera muy importante cuando nos comunicamos. Gracias por tu aportación, ¿te interesaría aportar un artículo sobre el tema para SomosNaturales? 😀

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  2. Karla Schincoya dice:

    Me encantó el artículo, muy útil, creo que todos deberíamos detenernos a reflexionar sobre el tema… Gracias

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Karla. Sí, es muy posible que esta guía contribuya a ver que reflexionar sobre lo que hacemos, es fundamental para vivir mejor. Gracias de nuevo.

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  3. Anónimo dice:

    Muy interesante, gracias. Para tomar en cuenta seriamente y pausarse en el momento de conflicto, diferencia o discusión, que importante!

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    1. Muchas gracias por dejar tu comentario. Así lo convertimos en diálogo. Saludos!!

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